Galletas de boda decoradas con fondant

Hace ya mucho tiempo, así como año y medio, que tengo este post pendiente de publicar. Pero bueno este fin de semana me he propuesto poner un poco al día el blog y como esta receta es muy amorosa, ¡qué mejor día para que vea la luz! Se la quiero dedicar ya de paso a los protagonistas de la boda, a la super pareja que le regalamos estas galletas, nos acordamos mucho de vosotros chicos. 

Os dejo un reportaje fotográfico de unas galletas de mantequilla que decoré con fondant con el motivo de la boda de unos amigos y están personalizadas para ellos y su momento. Siento no haberlo podido poner antes. Espero que os gusten muchísimo.

Me pareció una idea muy original para darles el regalo de boda, ya que me gusta decorar galletas, hacer un bote de cristal con galletas personalizadas y el regalo en el centro. Además iban colgadas unas piruletas de galleta y un lazo grande para decorar el bote.

Lo primero fue hacer y dejar enfriar la masa de las galletas antes de decorarlas. Usé una receta de galletas de mantequilla. Y las corté con formas básicas de corazón y rectángulo para decorar, y mini formas de flores y mariposas para rellenar huecos libres del bote.

Lo siguiente fue desplegar los útiles de decoración y ponerme manos a la obra. Básico y necesario, como es normal para la ocasión, tener fondant blanco y negro preparado, aunque en este caso concreto podría haberlas puesto con más colores y seguro que también les hubieran gustado.

Las galletas de corazón blancas de novia, las que iban con sus nombre y la fecha e incluso los corazones de piruleta, una vez decoradas con el fondant blanco y los marcadores seleccionados, las pinté con pintura blanca perlada en polvo mezclada con un poco de líquido, para darles un toque nacarado. Mirad qué bonitas quedan así.

Con los corazones de chico aproveché para hacer trajes en negro y blanco con detalles a juego con los que le hubiera puesto a las galletas de novia. Y así luego las empaqueté de dos en dos formando parejas.

 Igual que las piruletas.

Una vez emparejadas las metí en sus bolsitas cerradas con cintas de lazo finas, y cuando tenía todas listas las metí en el bote de cristal. Los huecos que quedaban entre las bolsas dentro del bote los cubrí con las mini galletas básicas de flores y mariposas sin decorar. Así las parejas de galletas que estaban empaquetadas se las podrían regalar a quienes ellos quisieran.

Y para terminar sólo quedaba decorar el bote con el lazo y colocar de una manera bonita las piruletas por fuera enganchadas. Eso, y disfrutar con ellos de una boda preciosa con la homilía más bonita y real que he oído en mi vida. ¡Enhorabuena chicos!