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domingo, 20 de septiembre de 2015

Mesa dulce bautizo Silvia

Hace una semana que bautizamos a la más peque de la casa. Fue un día precioso, lleno de emociones y buenos momentos, rodeados de mucha gente que queremos. Además, el párroco hizo que fuera una ceremonia muy emotiva y cercana para toda la gente que vino y no conocía la parroquia. Muchísimas gracias. Después lo celebramos con una merienda-cena en la que, por supuesto, no podía faltar su mesa dulce en tonos verde y rosa, ¿Qué os paree?


Podréis ver más detalles si veis el resto de la entrada.

Es cierto que no he tenido todo el tiempo que hubiera deseado para preparar todo con más tiempo: vuelta de vacaciones, comienzo de cole con Celia con unos horarios de adaptación de lo más raros que parten toda la mañana, (por suerte) vuelta a nuevas rutinas... Pero bueno, el tiempo es limitado y me ajusté a ello como puede. Éste fue el resultado.


No podían faltar los básicos; tarta de tres pisos con tres sabores diferentes (como fue la de su hermana), galletas de regalo, cupcakes y cakepops, además de dos árboles de chuches, chuches y, en este caso, una bandejita con vasitos decorados y limonada.

Por dónde empiezo... Venga, por lo más diferente de otras mesas dulces que he preparado. La limonada, sí limonada, fresquita, colorida... incluso pensé en añadir unas gotitas de colorante azul para que fuera verde, pero preferí que fuera más natural. Iba  a ser un día caluroso, y en rebajas vi esta botella tan preciosa en la tienda CASA. Así que, ideando la mesa dulce, la compré.


La decoré con una cinta de tela fina rosa, de cuyos extremos colgué unos cartelitos con el nombre de Silvia y la fecha del bautizo que hicimos para la ocasión. Además, delante coloqué unos vasitos pequeños de plástico transparente, que decoré con pequeños cartelitos a juego con los de la botella y los carteles de la mesa, con el nombre de Silvia.


Otra novedad en mis mesas dulces, aunque ya hay otra entrada sobre cómo hacerlo (ver aquí), son los árboles dulces (Pinchar aquí para ver los del bautizo). En esta ocasión usé la misma base, la bola del mismo tamaño y todo, pero utilicé dos chucherías diferentes para romper un poco la paridad de la mesa. Un árbol fue de nubes blancas y rosas, y otro árbol de besitos. Los tapé con papel transparente y un lazo de tela rosa para que las chuches no se pusieran duras. En el macetero puse el mismo cartel que en los vasitos de limonada pero en un tamaño más grande.


Los cakepops al final fueron bolitas de galleta sin hornear, que están espectaculares (ver receta aquí). Pero no contamos con la mala jugada del calor. Son bolitas que tienen que estar refrigeradas y sacar un poquito antes de tomar, pero no tres o cuatro horas antes como montamos la mesa, así que se fueron colando por el palo antes de colocarlas y preferí dejarlas en casa. 


Pero bueno, sirvieron de desayuno en el trabajo de mi marido. Deprisa y corriendo tuvieron que ser sustituidas por unas brochetas de chuches más, que no lucían tanto, pero llenaban el vacío..


Los cupcakes. Mmmmmm, ¡qué delicia! Sé que hay gran variedad, y que muchos están buenos, pero para mí en este caso la sencillez marcó la diferencia. Preparé los cupcakes de vainilla que he preparado millones de veces pero que siempre gustan (ver receta aquí).


La forma con el buttercream en lugar de árbol, se la hice de rosa que me parecía más dulce para la ocasión.

Y sobre el buttercream puse una formita de fondant rosa que imitaba algo relacionado con los bebés, como hice en las galletas y en partes concretas de la tarta: sonajeros, pies, baberos... Las formas las saqué con el fondant sobre una base de silicona que marca esas pequeñas formas y luego recorté con la punta de un cuchillo.

Y para la mesa dulce estaban sobre la base plateada, ya que la rosa con cuadros blancos me parecía que iba  a recargar demasiado la mesa. En la parte superior del stand de cupcakes puse un cartel con el nombre de lo que había.

El regalo para los invitados que dimos nosotros fueron unas "Piruleta de galleta de vainilla" (Ver paso a paso aquí) decoradas con fondant rosa y blanco. Cubiertas con una bolsa especial de galletas, atadas con una cinta fina rosa de tela y por detrás con una etiqueta recordatorio del bautizo. Para ponerlas en la mesa dulce, iban pinchadas sobre una cesta de mimbre.


Y, por último, la tarta. De tres pisos y cada piso de un sabor, a cuál más delicioso que el anterior. La base era una tarta de chocolate intenso que alguna vez he nombrado como "Felicidad por chocolate" y quien la ha probado lo entenderá muy bien (Ver receta aquí), cubierta y rellena a la mitad de un ganaché de chocolate. 

La tarta del medio era un Red Velvet rellena y cubierta de buttercream de queso crema, ¡irresistible! No quedaron ni las migas de este bizcocho tan esponjoso. (Ver receta aquí).


Y la parte de arriba, que era muy pequeñita, eran dos bizcochos de vainilla con la masa de los cupcakes, rellena y cubierta de ganaché de chocolate negro.


Una decoración sencilla con fondant blanco, rosa y verde y en la cúspide de la tarta un tierno osito de fondant blanco imitando un peluche con un globo que me ayudó a modelar mi marido porque ya no me quedaba más tiempo.


Y así de alegre y dulce quedó la primera de todas las mesas dulces de la pequeña Silvia. Sólo queda agradecer a todos los que nos acompañaron en un día tan bonito y especial para nosotros. 


¡¡¡Gracias!!!

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