Suspiros de limeña de cereza, una receta desde las islas tropicales...

Por cortesía de un amigo "isleño tropicalón", hoy os traigo una versión mejorada de un postre tradicional peruano: el suspiro de limeña. El suspiro tradicional es la mezcla de dulce de leche, yema de huevo y merengue. Es un postre muy dulce, que se asemeja en la textura a unas natillas cubiertas de merengue. Es uno de los postres más famosos del Perú. Debe su nombre a la capital peruana y nos lo han traído hasta el viejo continente nuestros queridos vecinos chileno-peruanos. ¡Muchas gracias, Martín y Piro!

Lo que hoy os traigo es una versión mutada, más refrescante y frutal de este típico suspiro de limeña. Pero, antes de presentaros esta reversión del clásico, quiero contaros cómo se hace el suspiro tradicional:

Debo admitir que José y yo cuando hablabamos de este postre con Matín pasamos mucho tiempo segurísimos de que el suspiro de limeña recibía ese nombre porque llevaba limas o limón, pero no es así... Es porque es típico de Lima, que una vez que te lo explican tiene bastante sentido.

Ingredientes del suspiro de limeña:

• Para el manjar (dulce de leche):
• 6 yemas de huevo tamaño M.
• 2 latas de leche condensada.
• La mitad de cantidad de leche evaporada.
• Para el merengue:
• 100g de azúcar.
• 4 claras de huevo tamaño M.
• Vino dulce de Oporto o de Jerez.

Para hacer el manjar: Colocar en una olla a fuego medio la leche condensada y la evaporada. Se mueve mientras se cuece hasta que espese y quede con un color amarillento. Retirar del fuego y agregar una a una las yemas, sin parar de remover. Remover hasta obtener una textura uniforme. Enfriar y servir en recipientes individuales (copa o vaso ancho).

Para el almíbar, que formará parte del merengue: Hervir en un cazo el azúcar con el vino. Remover constantemente hasta que tenga consistencia de hilo (al levantar la pala con la que removemos, se desprende un hilo continuo de almíbar).

Para el merengue: Montar las claras a punto de nieve ( Yo siempre lo hago con la thermomix, así que agrego una pizca de sal y un chorrito de limón). Sin dejar de batir, agregar el almíbar, que deberá ser incorporado como hilo. El merengue adquirirá un color azul tenue.

Una vez esté el merengue preparado, se agrega a los recipientes que ya tienen el manjar, se deja enfriar un poco en la nevera y los suspiros de limeña están listos para ser degustados.

Variante frutropical del suspiro de limeña clásico:

Debo aclarar que este cambio de la receta básica fue idea de Martín, que previamente había experimentado a hacerlo de fresas, de pera... En esta variante, la idea es combinar el manjar con fruta y también agregar fruta picada. En esta ocasión, os daré la receta hecha con cerezas que fue la que yo probé cuando Martín me enseñó este postre de su tierra:

Ingredientes adicionales:

• Para la mermelada:
• 200g de cerezas deshuesadas, se cortan en mitades
• 50g de azúcar
• Fruta picada para añadir directamente:
• 100g de cerezas deshuesadas picadas en daditos muy pequeños.

Para hacer la mermelada: Calentar en una olla el azúcar junto con las cerezas a fuego medio-alto. Revolver constantemente mientras se machacan las cerezas. Una vez haya adquirido consistencia, colar y dejar enfriar.

La variación del suspiro se prepara siguiendo el mismo procedimiento que se llevó a cabo para hacer el suspiro tradicional, con la excepción de que se mezcla la mermelada con el manjar. De preferencia, dejar enfriar la mermelada antes de mezclar, de modo que se asiente y adquiera más consistencia.

La fruta picada se puede añadir ya sea encima del manjar y debajo del merengue o bien encima del merengue como se muestra en las fotos. Y otra idea de presentación era manchar la base del vaso con sirope o mermelada del sabor de la fruta elegida.

Otras frutas con las que se ha probado es con fresas y peras (en el caso de esta última, no es necesario hacer una mermelada, sino que se puede pasar las peras por la licuadora y mezclar directamente). Y ahora sólo queda dejar rienda suelta a experimentar con otras frutas... Ánimo.

Advertencia: Apto para amantes del dulce de leche, si no es así puede resultar muy dulce... Pero creo que merece la pena probarlo, a mí personalmente me gustó más fresquito de la nevera un poco antes de servir.

Gracias Piro y Martín, queremos probar y aprender a preparar más comida internacional.